martes, 15 de diciembre de 2009

CAPÍTULO VII: LA CALIDAD CONDUCE AL MEJORAMIENTO CONTINUO DE LAS PERSONAS INVOLUCRADAS. FICHA UNO

Schmelkes, S. (1995). La calidad conduce al mejoramiento continuo de las personas involucradas. En Sylvia Schmelkes, Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp. 77-88) México: Secretaria de Educación Pública.


TEMATIZACIÓN: La buena gestión y organización de una escuela conlleva a formar maestros orgullosos de su trabajo.



La filosofía de la calidad supone que cuando hay una mala supervisión y una mala gestión de la organización, provoca que la persona no esté orgullosa del trabajo que realice, se ausente, llegue tarde, pierda el interés por hacer las cosas, cambie de trabajo o de escuela frecuentemente.

Para entender mejor esta situación, analizaremos el siguiente ejemplo:

Una maestra de segundo grado tiene entusiasmo por su trabajo y se esfuerza por hacerlo lo mejor posible, pero se encuentra en una escuela en donde trabajar bien no es la norma. Pronto tendrá problemas con sus colegas, se dará cuenta de que sus alumnos cuando lleguen al tercer grado se enfrentarán a un proceso de enseñanza irregular, deficiente y perderán gran parte de lo que ella ha logrado en ellos, a esto se le añade el hecho de que el director no tiene interés por lo que ella lleva a cabo dentro del salón de clases. El supervisor, por su parte, cuando visita la escuela habla con el director para revisar los concentrados de los datos que debe llenar, donde se indica cuántos alumnos tiene cada maestro, cuáles son sus edades, cuántos hombres, cuántas mujeres, cuáles repitieron año y cuáles se reinscribieron, en cuanto a la maestra no pasa de saludarla, no le pregunta sobre sus problemas pedagógicos ni le brinda sugerencias ni apoyos específicos.

En estas condiciones la maestra, por más entusiasmo que tenga, pronto perderá el interés y se comportará como los demás maestros, al paso de unos meses pedirá su cambio.

Por el contrario cuando una persona se siente importante en un trabajo, hará todos los esfuerzos por quedarse en él, veamos el mismo ejemplo, sólo que con algunas modificaciones.

Pongamos a esa misma maestra de segundo grado en una escuela en la que en general todos los maestros procuran hacer las cosas lo mejor que pueden, se reúnen con frecuencia, discuten a menudo sobre las necesidades de sus alumnos y las condiciones de los padres de familia, tienen seminarios de estudio para aprender juntos a hacer mejor las cosas, la maestra dice abiertamente lo que no le parece, hace críticas sobre el funcionamiento de la escuela, sugerencias sobre cómo solucionar los problemas. El director por su parte participa en los seminarios, los estimula y alienta, consigue que un amigo con una experiencia interesante en enseñanza de las matemáticas venga a darles una plática, planean en equipo como mejorar los resultados de aprendizaje entre sus alumnos, juntos revisan lo que se va haciendo, discuten los problemas, apoyan en la solución, muchos de ellos siguen las sugerencias que la maestra proporcionó, el director está muy atento a lo que sucede y cuando las cosas van bien las reconoce abiertamente.

Por otra parte el clima de trabajo es armonioso y de colaboración, los alumnos se entusiasman con el aprendizaje, los padres de familia se muestran interesados, pierden el miedo de acercarse a la escuela. Esa maestra se da cuenta que en ese año ha aprendido mucho, quizás más de todo lo que aprendió en las escuela normal, reconoce que en el plantel se están aprovechando sus conocimientos y habilidades, se siente orgullosa de su trabajo, no pedirá su cambio, por el contrario, al año siguiente participará con muchas más estrategias.



COMENTARIO: Los ejemplos expuestos anteriormente, dejan claro la importancia de la estimulación y del reconocimiento del trabajo docente por parte del director, en la mayoría de las escuelas esto no sucede, considero que el problema radica en la falta de organización del líder, al no propiciar el trabajo en equipo, lo que provoca que cada maestro se aísle y sólo se preocupe por sacar adelante a su grupo, olvidando que labora en una institución en donde todos deben perseguir el mismo objetivo, conjuntar esfuerzos y reconocer cuando un compañero emplea una buena estrategia. Incluso en todo tipo de trabajo la motivación es fundamental para sentirse a gusto con lo que se realiza, crear un ambiente tenso en el que no se pueda ni dialogar, llevará al fracaso. Está comprobado psicológicamente que una persona motivada rinde mejor, porque aunque se te presenten muchas dificultades, tienes como referente el apoyo de tus compañeros que te impulsa a hacer las cosas lo mejor posible.

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